Saturday, April 12, 2008

Viaje al Outback II

Esta semana estuve paseando por el Outback… aunque en realidad fue un viaje de trabajo. A diferencia del que había hecho el año pasado, en este fui solo. Tomé un vuelo a Kalgoorlie, donde alquilé un auto y apunté al Norte con destino Mount Keith.La mayoría de los puntos que se ven en el mapa por esa región, son minas de Oro o Nickel con una villa o pueblito donde vive la gente que trabaja en ellas. Mt Keith el una mina de Nickel, y en la entrada a la villa hay un sitio de comunicaciones alimentado con paneles solares que fue adonde estuve trabajando un rato. El viaje desde Kalgoorlie son unos 450 km, todos de asfalto en muy buenas condiciones. El paisaje no es muy variado, en realidad no cambia en nada, simplemente arbustos, y cada 130km un pueblito. Lo que si me llamó la atención fue la cantidad de canguros muertos al costado de la ruta. A mitad de camino decidí empezar a contarlos y conté 79, así que estimo que abría unos 150. Si bien algunos parecían recientes, otros tantos debían tener un año, pero igualmente me pareció muchísimo. Los “roos”, como también le dicen acá, son un peligro en la ruta. En mi viaje vi tres, vivos y “saltando”.
Otra cosa que vi seguido fueron los trenes de ruta (Road Trains). La verdad que son largos, pero el poco tránsito hace fácil el pasarlos sin problema. A la noche dormí en Leonora, donde tenía reservado el hotel, que si bien era sencillo, incluía la cena en uno de los pubs del pueblo. Allá fui, y realmente valió la pena, no por la comida, sino por la fauna que lo habitaba. Es una regla en todos los pubs del interior (outback), de que tienen que ser atendidos por mujeres (preferentemente jóvenes). En este caso eran dos, una de ellas estaba vestida solamente con una discreta ropa interior. La mayoría del público que eran trabajadores de las minas, incluyendo dos mujeres que tenían la misma ropa de trabajo. También había un par de mujeres aborígenes que se notaba que habían empezado a tomar mucho antes que yo… Para completar el paisaje, al lado de la mesa de pool estaba sentada una mujer con su bebé de algo menos de un año, y cada tanto el marido se acercaba para charlar y jugar con su hijo.

El regreso fue tranquilo y desde el avión pude ver una de las tantas minas a cielo abierto que hay por esta región.

1 comment:

Rafael La Plata said...

Ojo con esas camareras y las cervezas!!

¿cómo estás Roberto? Me comentó Mario sobre tu blog y entré. Me alegro que la estén pasando bárbaro.

Saludos para toda la familia ...

Un abrazo,

Rafa