Nos encontramos dos horas antes en un Pub para conversar un poco, comer una picada y por supuesto tomar algo. Quince minutos antes del partido nos fuimos a la cancha.

La gente mira el partido sentada y se para muy de vez en cuando. Las veces que yo fui a la cancha en Argentina, estás sentado solamente en el entretiempo.
Si bien varias personas le dicen cosas a los jugadores o gritan un poco desde la tribuna, no llegan al 10% de lo que uno escucharía en la Bombonera.
No hay cantitos. Solamente al final pasan la “marcha” del equipo que ganó por los parlantes del estadio y en ese momento los hinchas de ese equipo cantan.
No tiran papelitos.
Los hinchas de los dos clubes están mezclados y no se matan a palos.
Uno puede festejar un gol de su equipo teniendo al lado 10 hinchas del equipo contrario y nada malo le sucede a tu salud.
No hay rejas entre la cancha y la tribuna. Solamente hay un cerquito de menos de un metro de altura, así que los jugadores al final del partido se acercan y saludan a los hinchas.
El partido en total dura como dos horas y media, hay tres entretiempos. La gente toma cerveza que da gusto.
Al finalizar el partido salen todos al mismo tiempo y no hay peleas.
Resumiendo:
Se extraña la pasión de la hinchada pero el ambiente de seguro y familiar es espectacular.
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