Los chicos van a la escuela pública de nuestro barrio que es una escuela promedio, ni muy linda ni muy fea. El salón de actos es un patio cubierto que tiene un escenario y es vez de sillas, los chicos usan un pedacito de alfombra. (Solo ponen algunas sillas para los padres). Como comentaba en el post anterior, el último jueves de cada mes hacen un acto donde uno de los grados se encarga de hacer todo, los mismos chicos hacen de locutores y también hacen una representación. Lo que me parece muy interesante son los diplomas que entregan al final, dan dos certificados por grado, que si bien son solamente una cartulina de color pre-impresa, escriben el nombre del chico que la recibe y lo más importante, la razón por la que se la dan, por ejemplo, “por ser un alumno aplicado que siempre ayuda a los demás”. Me parece una forma excelente de alentar a los chicos a ser buenos alumnos, sin esperar hasta fin de año como es el caso en Argentina.
Por último, acá en Australia se están debatiendo leyes para promover las energías renovables y reducir la emisión de CO2, entonces la escuela no se queda atrás y todos estuvieron tratando de ahorrar energía. El director durante el acto dijo cuanta energía se ahorró en los últimos dos meses y además comentó que el mes que viene van a instalar en la escuela paneles solares por un total de 6500Watts.